Las Telefonistas
Eduardo Fernández Muñoz
Un invento que cambió nuestras vidas
Desde que Graham Bell en 1876 registró una patente que realmente describía el teléfono, pero no lo refería como tal, ya que Antonio Meucci en 1860 sacó su invento el “teletrófeno” (que era lo que hoy consideramos como teléfono) y tuvieron múltiples litigios sobre la patente, ganando al final Bell, y ha quedado para la historia como su inventor. (En 2002 la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, reconoció e hizo memoria de Meucci), el aparato ha evolucionado de una forma vertiginosa, pasando desde el fijo y alambrico hasta el inalámbrico, y por último los móviles con toda su gama y uso.
Como dato histórico hemos de decir que en España en 1887 (10 años después de Bell en 1877) había 2.312 aparatos y en 1924, llegaban a 74.124. Hasta este año estaba distribuido por concesiones en algunas zonas geográficas, pero se crea una empresa estatal, llamada Compañía Telefónica Nacional de España, que en 1936 alcanza la cifra de 343.092 de aparatos.
En Cantoria tendríamos que esperar hasta abril de 1934 cuando se finalizó la instalación de la línea telefónica, gracias a las gestiones del diputado a Cortes de nuestro distrito Matías Saguí Tarrazo. Años antes la compañía Telefónica tuvo que abandonar un proyecto de intalación en Albox, con un ramal a Cantoria por dificultades económicas.
Vamos a contar la historia de este invento en relación con Cantoria y mencionar desde cuando y donde se ubicaron sus centralitas, ya que por si no lo sabéis las nuevas generaciones, había un edificio donde radicaba la oficina telefónica, que era manual y desde ella se conectaba un abonado con otro. En los pueblos de regular cantidad de habitantes, se fijaba en el domicilio de quien estaba encargado de este menester. En nuestro pueblo sólo ha he estado en dos domicilios hasta que pasó a ser automático.
El primer edificio en el que estuvo, fue el domicilio particular de quien lo regentaba, que eran las hermanas: Encarna, Lola y Juana Martínez, y que radicaba en la calle del Álamo nº 19. Esto ocurría en los años 30 del pasado siglo XX. Al principio había una cabina y desde ella se hacían las llamadas. Con el tiempo se pusieron aparatos en algunos domicilios, desde un número inferior a 10, hasta los 600 actuales. Para hacer llamadas entre ellos o fuera del pueblo tenían que pasar por el cuadro, manejado manualmente por la telefonista. Para hablar con otras poblaciones, que es lo denominado conferencias, había dos modos, o solicitarla desde un aparato particular o bien para la inmensa mayoría de los usuarios, desde la centralita donde normalmente existía una gran demora. Para recibir llamadas desde fuera de la población recibías un aviso en tu aparato y si no disponías de el, un aviso de la hora probable de su conexión, y debías esperar en la centralita a su recepción que podía dilatarse durante un tiempo imprevisto. La telefonista hacía un papel innegable en las relaciones con otros lugares y sobre todo dentro de la población. Donde más años estuvo ubicada esta Central fue en este edificio.
Posteriormente pasó a otro domicilio, igualmente particular, también radicado en la calle del Álamo nº 8 , regentado por Dolores Reche, hasta que se automatizaron en las pequeñas poblaciones y desaparecieron las centralitas, y pasando a marcar directamente a otro de nuestra ciudad y con el tiempo a otras poblaciones de la provincia y de la nación, y del mundo.
Esta automatización llegó a nuestro valle a partir de 1976, en las que las poblaciones de Albox, Olula del Río y Vera fueron las primeras, continuando con Huércal Overa en 1977, Purchena en 1978, Tíjola en 1979, Cantoria en 1981 y Zurgena en 1982.
Cuando ya creíamos que se ha había llegado al desideratum telefónico, apareció la telefonía móvil o celular, con tres generaciones hasta ahora (la primera en 1985, la segunda en 1990 y la tercera actualmente) presentando además de la comunicación telefónica, el envio de mensajes de texto, cámaras de fotografías, agenda electrónica, reloj, calculadora, reproductor multimedia, internet y otras cosas más. A los últimos tipos se les llama smartphone, siendo la novedad más reciente los móviles táctiles. Creemos que la comunicación telefónica no ha terminado y el próximo paso será el verse la cara los interlocutores, aunque esto se ha conseguido mediante internet con la webcam.
Con este breve artículo, quiero rendir un homenaje a las llamadas telefonistas, tanto las de las grandes ciudades, pero sobre todo a las de los pequeños núcleos de población, por su trabajo abnegado y sin horarios, pues eran de “sesión continua, en las centralitas pequeñas. Colaboraron al progreso y mejora de las relaciones comerciales, y todo tipo de actuaciones en las relaciones humanas.
Nota- La idea de escribir este artículo se debe a una persona que en su juventud colaboró desinteresadamente en las labores telefónicas en la centralita de Cantoria, por lo que la podemos considerar “telefonista honoraria”. Ella es Reme Mirón Martínez, sobrina de las primeras titulares de este Servicio, y a la que agradezco su colaboración.
Dos de las hermanas en la centralita de teléfonos. Colección: Reme Mirón
Lola recogiendo un premio a su labor por parte del Gobernador Civil de Almería, Gutiérrez Egea. Colección: Reme Mirón