San Antonio del Faz
Romería del 2019. En la imagen entrando en el cortijo de Lola la Remista con la imagen de San Antonio Niño. Colección: Decarrillo
Acto de bendición y bautismo de la imagen. En la foto podemos ver los padrinos, Antonio y Lola y al promotor de la fiesta Amador Molina con su mujer e hija. Colección: Decarrillo
La Romería de San Antonio
Nuestra sociedad está marcada de manera irremediable a unas costumbres, que en ámbito festivo y religioso se convierten en tradiciones con el paso de los años.
Los motivos por los que un hecho se transforma en tradición suelen ser socio-culturales, elementos que por considerarlos valiosos o acertados se pretenden extender más allá de grupos reducidos. De esta forma, una tradición que empieza en una localidad pequeña puede acabar practicándose a lo largo del tiempo. A veces es simplemente un hecho repetido tantas veces que acaba convirtiéndose primero en costumbre, y luego en tradición e incluso exportable a otros lugares.
En muchas ocasiones es difícil saber de dónde surgió la idea de celebrar una fiesta, conmemorar un hecho histórico o venerar una imagen. Con el paso del tiempo se van difuminando los detalles de la historia verdadera, mezclados con la leyenda que algunos fueron alimentando con detalles a veces bastante ingenuos, o bien basados en documentos mal interpretados.
Todo evoluciona, al igual que los gustos de la gente y las necesidades de la sociedad y algunas de esas fiestas saben adecuarse a los nuevos tiempos y avanzar con fuerza, y otras que poco a poco se van diluyendo hasta desaparecer.
En los tiempos que vivimos, donde la comunicación se produce por múltiples medios y de forma instantánea (redes sociales), parece que todo puede quedar perfectamente claro con la abundancia de datos que tanta gente aporta.
Desde 2016 tenemos la suerte de asistir al nacimiento de una romería hacia una de nuestras pedanías, el Faz y el Fax, donde los vecinos se vuelcan ese día con los participantes y visitantes.
Pero empecemos por el principio, donde también hablaremos del impulsor y el alma de esta festividad, Amador Molina.
Amador desde pequeño siempre escuchaba a sus hermanos y familiares que el Faz tenía que tener un patrón, y que mejor que a San Antonio, por la cantidad de Antonios que viven en ese pago, Antonio de la Cruz Colorá, Antonio el Fuerte, Antonio Luis el Charly, Antonio el Oria, Antonio el Palomo, etc.
En 2016 llegó el momento de hacer realidad algo que se venía fraguando desde hacía años pero que faltaba un motor que arrancara. Y Arrancó, vaya si arrancó, haciendo del 13 de junio una fecha señalada y esperada dentro del calendario festivo de Cantoria.
Ese año se montó en una explanada de la barriada una barra con unos toldos con música, se trajeron a un San Antonio que había en la iglesia en el camión de David López, para dar comienzo de la feria del medio día y misa en ese mismo lugar. Al no contar con presupuesto, el ayuntamiento colaboró contratando a los músicos y varios vecinos elaboraron de su cuenta buñuelos y chocolate.
Aunque contó con una gran participación y Cantoria se volcó con el Faz, había cosas que mejorar, como es normal, para el año siguiente. Se tomó nota y se empezó a trabajar desde el primer momento en una nueva edición que llegaría en 2017. Rifas, venta de papeletas (con la ayuda de Antonio el Palomo y Sally), realización de un programa de actividades que al ir entregándolo casa por casa iban también recogiendo donaciones.
Entre las novedades, se decidió que la misa se hiciese en la iglesia por la mañana, el año anterior al coincidir la misa con la feria del medio día, costó comportarse y guardar silencio para el acto litúrgico. Después una procesión por varias calles de Cantoria acompañados por la Agrupación Musical Maestro Lizarte, hasta que emprendió su rumbo hacia el Faz ataviados de ropa blanca con fajín y de ropa flamenca por parte de las mujeres que así lo deseaban.
Al Cruzar el río se empezó la visita a los cortijos que lo habían solicitado, ofreciendo una invitación a los presentes. Antonio de la Cruz Colorá, el cortijo de Amador, Antonio el Palomo, el de Lola la Remista, el del Miguel el Bigotes, etc. Todos se vuelcan ofreciendo lo mejor de sus casas y en cantidades ingentes. Es una idea tomada de la Diana de Almanzora, para hacer más atractivo el recorrido a la espera de la feria del medio día en el que se ofrece una paella gigante gratis. Es una manera de hermanamiento entre vecinos y con los visitantes, hacer partícipes a todo el mundo de esa alegría de celebrar la festividad de su patrón.
Y por supuesto la música, en el mismo lugar que el año anterior pero ya dentro de una carpa, adecuándose a cada franja horaria a los gustos de los distintos colectivos. Rumbas y flamenco para el medio día, verbena y baile por la noche, y concierto de madrugada para los jóvenes.
2018 trajo consigo novedades, como carrera de cintas que se diseñaron en Guadalinfo con la promotora cultural, los vecinos elaboraron y bordaron un estandarte y aunque el tiempo no acompañó demasiado al principio, de poco importó porque no impidió seguir el programa previsto.
En 2019 trajo consigo una imagen de San Antonio propia, que costó unos 1000 euros y que fue gestionado por el sacristán de ese momento, Antonio García. Se compró en la tienda de artículos cofrades de Gonzalo Reina de Sevilla. Se bendijo en la iglesia actuando de padrinos Lola la Remista y Antonio García.
En los dos años siguientes todos conocemos la historia, llegó la pandemia por Covid-19 dando al traste con toda la programación cultural festiva hasta hace escasamente unos meses.
Esta tradición es fruto del interés de un grupo de ciudadanos que hace poco más de cinco años decidieron que faltaba algo, un motivo, una veneración y una organización para que la barriada pudiera enarbolar una bandera tradicional en sus fiestas de su recién nombrado Patrón.
Hoy la romería cuenta con todo tipo de seguidores que acuden al Faz a compartir con sus vecinos una experiencia festiva que marca el inicio de las actividades del verano.